Posturas de Poder y Bellydance.
Las posturas egipcias provienen directamente de las antiguas estatuas encontradas en Egipto. Hay miles de estas estatuas de piedra que representan diversas posturas y posturas.
Tradicionalmente se supone que cada postura representa un conocimiento o comprensión espiritual. Pero esta información se ha perdido durante miles de años de historia. Muchas otras culturas religiosas como el budismo y el hinduismo también tienen ejemplos muy similares de estas posturas en su pasado antiguo representados en sus obras de arte y estatuas.
Trabajar las posturas te hace sentir una energía intensa fluir a través del cuerpo.
Cada postura tiene una historia y función únicas para el crecimiento espiritual y la sintonía con la mente, el cuerpo y el espíritu.
Como práctica espiritual, estas posturas se convierten en una forma de meditación y deben hacerse en un estado tranquilo y relajado. Cuando se encuentra en este estado meditativo relajado, comienza a sensibilizarse sobre cómo se siente su cuerpo y cómo la energía de la fuerza vital fluye a través de usted y su entorno, creando una armonización rítmica.
Al entrar en una postura, uno nunca debe ejercer demasiado o estresarse. El estrés detiene el flujo de energía. Todas las posturas se basan en los movimientos naturales que su cuerpo ya usa.
Este sistema se han convertido en una fuente de gran inspiración y ayudan personal en su propio viaje personal de energía, curación y espiritual del despertar.
Las posturas egipcias de poder es un antiguo sistema de técnicas de meditación personal que fueron utilizadas por los faraones y los sumos sacerdotes. Estas posturas se han utilizado durante miles de años para equilibrar nuestros cuerpos físicos, mentales, emocionales y espirituales con las fuerzas naturales que dan vida al universo.
La danza del vientre utiliza las diferentes posturas egipcias de poder como movimientos que abren nuestros canales, meridianos y charkas; Nos ayuda a reunir, construir y fortalecer nuestras polaridades y cuerpos energéticos, y nos conecta con nuestros mundos superior, inferior, interno y externo. Al hacer estos movimientos, estamos fortaleciendo, refinando y transformando conscientemente nuestras energías, lo que mejorará y traerá armonía a nuestra vida diaria.
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